miércoles, 24 de noviembre de 2010


http://www.youtube.com/user/ActualidadRT?v=mT324dZ4VaI&feature=pyv&ad=6704702144&kw=music&gclid=CNvWy-S9uqUCFUM24wodTHidaw


¿Hasta donde puede llegar la barrera del sonido?


¿Donde estan los limites y quien los pone?


Como dijo Martin Luther King

"Yo tengo un sueño"
 
¿Qué hacer si el corazón late al son de la música pero es imposible escucharla? Se necesita un poco de paciencia y de buena voluntad. Con el ritmo de sus bongos, los hermanos Ivanov han dado el primer paso para romper las barreras entre el mundo común y corriente y el mundo silencioso.

A Alexey y Nikolay Ivanov les encanta ir a las discotecas. Sin duda, bailan muy bien. Pero hay una cosa por la que su baile tiene todavía más mérito. Nikolay y Alexey son sordos. Al igual que el resto de la gente que los rodea en una discoteca moscovita recién abierta para gente con dificultades auditivas.

Aguantar el ruido de este sitio más de 10 minutos es casi imposible sin una protección especial. Pero, para muchos de los que acuden a este lugar es la única posibilidad de disfrutar de los ritmos de la música con sus amigos.

En este club especializado, los hermanos Ivanov no sólo bailan, sino que además trabajan como DJs. Consiguen escuchar música, o mejor dicho sentir sus vibraciones, a través de los altavoces colocados boca abajo en el suelo. Estos dos hermanos quieren dedicar su vida exclusivamente a la música. Son un claro ejemplo de que cuando realmente deseas algo, lo puedes conseguir. No en vano, en un centro juvenil formaron un grupo de percusionistas sordos que tocan los bongos.

Nikolay Ivanov cuenta que no puede dejar de tocar ni cuando terminan los ensayos. "Las manos no se quieren parar, el corazón me pide música".

Nikolay y Aleksey se sienten más relajados con sus amigos, pero ante un nuevo público presentan con orgullo su mejor repertorio. Sin embargo, Aleksey dice que nadie le cree cuando confiesa que es DJ.

La directora artística de este grupo musical nada convencional, Svetlana Sokolova, dice que no sólo son buenos como músicos, sino también excelentes personas. "Ellos han crecido dentro de su propio mundo y por eso perciben todo de otra manera. Son más buenos que nosotros y nada hipócritas".

A pesar de sus dificultades para comunicarse, las personas con problemas auditivos son bastante extrovertidas. Sin embargo, suelen cerrarse en grupos y relacionarse con gente que tiene problemas parecidos. La vida en silencio en la mayoría de los casos sólo se puede compartir con alguien que tiene el mismo problema. Parece que la sociedad aún no ha terminado de aceptar este tipo de minusvalías. Pese a todo, los especialistas creen que a cada lengua la acompaña su propia manera de pensar... y como los sordos tienen su particular lengua, tienen también otra mentalidad.

La experta Valentina Kamneva dice que "en cada sociedad verbal existen reglas de comportamiento (…) se trata de una ética aceptada, pero en la lengua de los signos la entonación se reproduce con los gestos". El baile rompe estas normas de comportamiento y es capaz de establecer una fluida comunicación. Los hermanos Ivanov lo han comprobado en carne propia.

lunes, 1 de noviembre de 2010

MUSICOGRAMA

MUSICOGRAMA
Badinerie.  J.S. Bach


AUTOBIOGRAFÍA MUSICAL

AUTOBIOGRAFÍA MUSICAL

En mi memoria existen recuerdos, como sueños, relacionados siempre con la música y las bellas artes. Durante mi infancia no existe un recuerdo que no haya tenido relación con alguna de estas dos artes.

<<Recuerdo el primer día que me enamoré, mi mamá me vistió con un traje de grandes lunares azules, colocó sobre mi pelo una flor y una peineta. Me pinto los labios y sobre las orejas unos pendientes azules a juego con el vestido. Se la veía nervios y al mirarme me devolvía una sonrisa rebosante de felicidad. Sus ojos me decían, que algo maravilloso estaba apunto de ocurrir, nos subimos al coche y nos fuimos. Ella tenía una sorpresa…, entramos en una sala repleta de niños y niñas vestidos igual y de fondo sonaba una guitarra. Todos mis sentidos se paralizaron, fije la mirada hacia aquello que me cautivaba sin control… Tan solo tenía 5 años y aquel momento en el que la música envolvía mi cuerpo al mismo tiempo que, fluía por mi mente como torbellino desbocado, ese preciso instante, no podré olvidarlo nunca. Me sentía tan libre y despreocupada, todo lo demás había perdido sentido, desde  entonces he querido aprender un instrumento, expresar lo que me produce el golpeo de las notas… sobre todo deseo trasmitirlo, mantenerme así y no separarme de la música.>>

Pienso que nací ya destinada a enamorarme de la música sin remedio alguno y este momento fue solo el comienzo de lo que en un futuro tomaría como mi forma de vida.

A los 3 años ya había tenido mis primeros pinitos con un pequeño piano verde de madera que mi abuelo me regalo por mi cumpleaños. El cual llevaba conmigo a todos lados y como mi madre me recuerda, aporreaba en todo momento imitando a los artistas de la radio. Resulto ser la forma perfecta para tenerme entretenida durante horas, además de mis pinturas y mi cuaderno de dibujo. A los siete años después del piano, mi madre comenzó a descubrir que me gustaba cantar en casa haciendo segundas voces con mi tío, el cual cantaba como aficionado junto a su padre que tocaba canciones a la guitarra al estilo de un chico de tuna. Yo bailaba entre sus risotadas y me animaban a que continuara.

Poco tiempo después descubrí a The Beatles, The Rolling Stones, Bon Jovi, U2, Orquesta filarmónica de California… por mi padre, quien empezó a enseñarme un mundo de grandes artistas de todos los tipos y estilos. Pronto dedicaría las tardes a escuchar música, cantar y a aprender a tocar el piano al mismo tiempo, al ritmo de The Beatles. Con tanta dedicación deje algo olvidados los estudios y tuve que abandonar la música por un tiempo, aunque siempre tenia en mente el llegar a aprender a tocar la guitarra.

En el instituto pasaba mis recreos en el Coro que mi profesora Felisa  elaboraba y cuidaba con tanto cariño. Ella planto en nosotros la semillita, nos enseño el valor de la música, el esfuerzo por mejorar y compartir, la parte más desenfadad y sobre todo a trasmitir a los demás aquello que nos hacia sentir. Todos los domingos servíamos de Coro a las Iglesias de la zona, fue una forma de empezar de un modo más serio y entregado a aquello que estábamos construyendo. Llegamos a participar en alguna competición autonómica a nivel de institutos, esta etapa fue la más divertida y satisfactoria, además de reunirnos en los recreos uno o dos veces en semana nos juntábamos para componer canciones  con los vocalistas más experimentados y los músicos que daban el toque alegre. Tras acabar el Instituto todos nos separamos y dejamos de juntarnos, el Coro acabó desapareciendo por completo.

A partir de este momento empecé a interesarme por una música que quizá no era la que estaba de moda, pero sin duda marcaría mi estilo…(Marea, Extremoduro, Janis Joplin, Ray Charles, the Beatles, Phill Colins, Brayan Adams, Bob Marley, bandas sonoras de cine…).

Tras terminar mis estudios y hacer un modulo en Educación infantil, me plantee empezar de nuevo con la música. Era algo que siempre había tenido en mente y que verdaderamente me gustaba, asíque decidí entrar en la carrera de Magisterio musical. Los comienzos no fueron muy bueno, me vi con poco nivel y escasas cualidades para ello, puesto que todo lo que había hecho anteriormente no había estado reforzado por unos conocimientos musicales específicos, sino que se trataba de prácticas con un profesor. Aun así no he cesado en mi intento y poco a poco voy superando las limitaciones y dificultades que se me van presentando. Se que me queda mucho trabajo y que he de esforzarme por mejorar, pero mi ilusión y ganas de aprender no me abandonan.

Lo demás ya se sabe…
PD:”Música por favor”…”Sonría por favor”